martes, 21 de junio de 2011

Mediocridad

Hoy estaba dispuesto a escribir algo optimista, pero la desazón vuelve a ganarme en la mediocridad propia y ajena.
El tiempo, lógicamente imparable se lleva los acontecimientos con la misma velocidad con la que nos trae las noticias.
Un traidor político e ideológico puede echar por tierra todas nuestras creencias, un traidor que además utiliza los dineros de una causa justa en beneficio propio, desarticula todas las palabras del mejor orador ante una multitud.
Y me hacen sentir un mediocre en medio de tanta mediocridad, pero se supone que la inteligencia humana me dio la posibilidad de hacer un análisis.
Y me veo tan obtuso como el ignorante que nos domina.
Y me avergüenzo una vez más, y no encuentro más culpables que mi propia ignorancia, pues los hombres dominan el mundo con la palabra con la que no se comprometen.
Se que no estoy solo en la lucha, pero ¿con que palabras?, puedo convencer a las generaciones futuras.
Caigo en el infortunio que provocan las acciones ajenas, caigo en las manos del poder, tan indefenso como un niño en medio de una guerra.
Y mi palabra ya no alcanza para contener la desilusión de los jóvenes que me sucedan.
Tal vez en otra vida, los hombres comprendan, tal vez yo mismo no sea el mismo, tal vez sea mejor. Tal vez, las injusticias hagan finalmente comprender al homínido que se pasea por este mundo que el hombre no es esclavo del hombre y que la justicia es más necesaria cuando se trata de un traidor de las ilusiones ajenas.
Tal vez comprenda mi propia verdad, y ella me grite, levántate ante la adversidad y sigue tu lucha aunque sea en la más absoluta soledad.

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