sábado, 23 de septiembre de 2017



_Bien eso lo discutiremos luego, ahora hábleme más de usted.
-Como ya le dije señora soy profesor en la universidad de Buenos Aires.
 Su nieta asiste a mi cátedra, y se intereso por los autores de mi tierra, Benedetti, Galeano y otros. De apoco nos fuimos conociendo, hasta que nació el amor.
Finalmente tuve que confesarle que soy parte de una organización que busca liberar a mi país.
Lamentablemente, nos descubrieron y hoy me persiguen a mí y a otros miembros que viven en Buenos Aires.
_Ante lo peligroso de la situación le ruego si puede darme ayuda para salir del país.
_Veré que puedo hacer, pero cuénteme más de Usted, quienes son sus padres.
_ Mi padre perteneció a la resistencia su nombre era Raúl, murió en combate en un puente en Soriano, intentando salvar unos civiles que buscaban llegar a la capital.
 Mi madre Beatriz, murió en un bombardeo efectuado por los nacionalistas en la ciudad de Montevideo.
Una pareja de Argentinos me rescato de las garras de los nacionalistas, estos argentinos  que participaron en la guerra son Leonardo y María, mis padres adoptivos, participaron como aliados a los socialistas, al terminar la guerra lograron volver  aquí, desde entonces me criaron, me brindaron su amor, y me educaron, y siempre me recordaron mi origen. Y siempre soñaron junto conmigo ver un Uruguay libre e independiente, como fue el sueño de mis padres y de tantos otros.
Rocío, dentro de su perplejidad, analizaba en silencio a aquel hombre, que sabia había robado el corazón de su nieta.
Invito con gentileza al hombre a quedarse en el cuarto de huéspedes,  y le pidió a su nieta que regresara en cuanto hubiera instalado a Danny.
El hombre antes de retirarse, observo con detenimiento los dos mates sobre el escritorio, reconoció esas mismas  replicas entre sus pertenencias, aquel único recuerdo de sus padres, pero   aun extrañado se alejo sin decir palabra.
Claribel tardo unos minutos en regresar, ingreso al dormitorio de la anciana en silencio y vio como esta no ocultaba su preocupación. Así mismo parecía sumamente emocionada intentaba entender que era lo que estaba pasando, intentaba saber si el pasado la estaba alcanzando, intentaba pensar con calma y la lógica le permitía saber que lo que ella no se atrevió a vivir, hoy estaba en manos de su nieta.
Ese hombre se parecía tanto a aquel otro viejo idealista que conoció en sus locos años de juventud, ese tipo soñador que le hablaba de cosas que no entendía, esos ojos que solo reflejaban el profundo deseo de la libertad, y que al mirarla se encadenaban a su mirada. Tenía la certeza ahora, que este Danny, era el hijo de Raúl.
Y los recuerdos le hicieron una mala jugada, con los mates entre sus manos recordaba frases que Raúl  solía decirle,” Podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera”, quiso entonar una vieja canción de murga, algo que al viejo le gustaba y le emocionaba he intento con “Un beso y una flor a la barriada”…pero no recordaba más que eso ,entonces unas lagrimas comenzaron a bajar de sus ojos, cuando  se dio cuenta que Claribel estaba junto a ella intentando abrazarla para darle consuelo.
_Abuela Rocío, no te preocupes, estaremos bien, viajaremos mañana rumbo a Montevideo, donde nos esperan unos compañeros que están organizados.
_ ¿Tú eres parte de esto, hija?
_Si abuela, he crecido puedo decidir donde estar y quiero estar con él y con su lucha.
_Pero, ¿tu futuro?, tanto que has estudiado, es que no comprendes a lo que te expones, y el ¿cómo se atreve a permitir que le sigas? no  sabe que si le sigues morirás junto a él.
_Es probable que esto suceda, pero comprende abuela que mi vida tiene significado desde que le conocí, he vivido en la opulencia, despreciando  a los desposeídos ,depreciando los valores de los que luchan por la libertad, creyendo que con una moneda podía quitarle el frío a una criatura en la calle. Olvidándome en mis vacaciones  que hay gente que pasa hambre mientras yo arrojo los desperdicios por la borda de un yate.
_Bueno comprendo, pero puedes hacer igual por ellos desde aquí.
_Si es verdad habrá momentos para la diplomacia, pero hoy hacen falta nuestras manos en la resistencia para que el mundo sepa que queremos la libertad.
 Danny es parte importante en este momento muchas cosa de la resistencia pasan por sus manos y ellos confían en el, al igual que yo .Por lo pronto hace falta que este junto a él.

domingo, 10 de septiembre de 2017



 Fuimos capturados por los servicios secretos encerrados e interrogados.
_Como ¿que fuimos, con quien estabas y a donde te llevaron y quienes te llevaron?
 _ Espera Abu, Danny y yo íbamos juntos a la facultad saliendo de su casa, cuando dos autos nos cortaron el paso a la altura del Libertador. Se bajaron unos hombres encapuchados y armados, y nos amenazaron con sus armas, agarrándonos de los pelos nos  separaron y nos subieron a autos distintos, Sentí tanto miedo Abu tanto miedo que creí morir, es mas ellos me encapucharon y ataron mis manos a la espalda, yo preguntaba entre sollozos quienes eran y que querían. Preguntaba por Danny y no contestaban nada. Solo exigían que me callara.
_Dime hija, el está aquí.
_Si Abu, y necesitamos tu ayuda.
_Hazlo pasar.
 Mientras la anciana se preparaba para recibirlo, parada junto al espejo su mirada parecía perdida, un rincón de la habitación parecía ser  que lograba abstraerla de lo que allí sucedía.
Sin embargo esperaba pensativa.
Momentos más tarde el hombre acudía a su presencia.
_Buenas tardes, dijo la anciana.
_Buenas tardes contesto el hombre, y sus miradas se encontraron por vez primera.
La anciana se sorprendió al verlo y no pudo ocultar su sorpresa, esa mirada con ojos pequeños, le resultaba familiar.
Pero a pesar de ello no sabia por que, entonces pregunto._Usted es el profesor de mi nieta, es verdad.
_Si, asintió el hombre.
_Y ¿como se llama?
_Me llaman Danny.
_Señora si usted esta ocupada no quisiéramos molestarla.
_No tan rápido señor, no olvide que usted ha involucrado a mi nieta en un grave problema.
_Si es verdad, lo se pero bien podemos arreglarnos solo, estamos aquí por que su nieta insistió, no debí aceptar venir a verla disculpe, nos vamos.
_Alto, insistió la anciana, ya que están aquí me gustaría conocerlo.
_Dígame su nombre completo, por favor.
_Soy Daniel Rodolfo Arizmendi Zabalza.
_ ¿Arismendi Zabalza, pregunto entre asombrada la mujer?
 _Si señora, llevo el apellido de mis padres Uruguayos como yo.
_Su país no existe más señor.
_Mientras tenga vida y respire, señora, Uruguay vivirá en mí y en miles de mis compatriotas.
_Por favor señor se empeña en negar la realidad, ustedes ya son parte de los colosos de América, Argentina y Brasil.
 _Nada de eso señora, nos organizamos y esperamos poder derrotar a los enemigos de nuestra tierra, correremos  a los invasores y volveremos a proclamar la segunda independencia.
Aquí intervino la nieta, perdónanos abuela, pero pensamos que podías ayudarnos, Danny, mejor nos vamos.
_No hija espera, es que temo por ti, los ayudare, disculpe Danny pero sin querer ha puesto en peligro la vida de mi nieta.
_ Lo sé y por ello me disculpo, usted tiene razón, ya le he pedido a su nieta que me deje continuar solo mi destino.

domingo, 3 de septiembre de 2017



 Los días se sucedieron, y Claribel no pasaba por la habitación de la abuela, ese caserón sin las risas y gritos de la nieta se convertía de pronto en un oscuro pozo sin sentido, para los habitantes de aquella casa.
La mama de Claribel, parecía molesta o preocupada guardaba silencio, como todos en la casa, la mucama solo entraba a su habitación  para poder poner orden solo cuando la anciana no estaba. En el salón no sonaba el piano, que la nieta solía tocar, o esa música estridente que bailaba sin parar cuando sus equipos de música sonaban  llenando de vida la casa y provocando risas o gritos de censura dependiendo del humor maternal.
La preocupación de la anciana la sostenía alerta, continuamente se asomaba a la puerta de entrada esperando ver llegar a su nieta.
Cada vez que preguntaba a su hija por Claribel, esta evitaba dar certezas, solo decía que estaba de viaje, o de vacaciones. Solo fueron unos pocos días de ausencia, pero a la anciana no la podían engañar, ella presentía problemas y estos aumentaban un sufrimiento en el alma. Tal vez fue al tercer día, que el golpecito suave en su puerta la hizo casi saltar de la cama, ese golpecito no podía ser otro mas  que le dé su nieta.
 Abrió presurosa la puerta y su ojos se llenaron de lagrimas, allí estaba ella Claribel, sonriendo y tan emocionada como su abuela la abrazaba  y besaba en un feliz reencuentro.
La anciana no disimulaba su llanto, y repetía mi pequeña_ ¿dónde has estado?
Claribel dijo _Abuela tanto, tanto te he necesitado estos días, pero solo tu recuerdo me mantuvo fuerte y firme.
Pero cuéntame ¿qué te paso?