jueves, 24 de noviembre de 2011

El silencio

El silencio, hace ruido en mi cabeza,
y solo me deja escuchar
el rapido taconear de tu partida

El silencio me deja caer al vació
donde los espejos no reflejan tu rostro

No desespero,
pero me hundo

Y este silencio amargo
este silencio duro,
me lleva como al descuido.

A querer volver a escuchar tus gemidos
en esa habitación,
que recojío un amor clandestino

Recuerdos

Las palabras no encierran los hechos
Los hechos no encierran las palabras
Los amores conversos son amores del alma
Los clandestinos sentimientos
escondidos en espíritus errantes
vuelven a ser únicos poseedores
de los mas profundos recuerdos

viernes, 18 de noviembre de 2011

La hoja

Simplemente una hoja entre mis manos, y aun así no logro identificarla.Es perfecta ,blanca como el algodón, blanca como una nube que cruza los cielos. Sus esquinas perfectamente cortadas en ángulos rectos, perfilan las manos del hombre que las diseño.
Tal vez un laborioso obrero, tal vez un tímido empleado de una papelera, tal vez un artista del papel.
No lo se, tan solo se que permanece en blanco y que no encuentro palabras para llenarla, por que definitivamente ese es su destino.
Allí desafiante esta sobre mi escritorio, esperando que poemas o frases ocupen un lugar donde ella oficiara de fondo.
Un cuento se esconde en mi cabeza, y a pesar del llamado de esa hoja de papel se niega a hacerse ver.
Tomo la hoja nuevamente entre mis manos y la sensibilidad de mis sentidos intentan comprender la textura de su ser.
Dime hoja ¿Has sido árbol alguna vez?.
Ella no responde a mi pregunta , pero en su textura reconosco la textura de una hoja verde brillando al sol en un bosque frondoso en algún lugar de no se donde.
Alguien se atrevió a cortar su tronco ,alguien se atrevió a convertirla en celulosa junto a sus hermanas.
Perdió el brillo del verde frondoso, perdió el brillo del sol y del aire diáfano de la mañana.
Y comprendo que fuiste vida en el universo, y yo torpemente intento darte vida en un triste verso que esta por nacer.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El perfume de los tilos me adormece en las mañanas de mi ciudad y con mi mate debajo del brazo cruzo mi barrio con el desden que me han dado los años.
Los pájaros no dejan de trinar desde las frescas copas de los arboles que se inclinan reverencian do a la ciudad.
Un perro grande bosteza en el portal de un viejo caserón, fiel imagen de sus dueños y del paso de un tiempo que quizás tal vez halla sido mejor.Lentamente se va despertando el barrio entre bostezos y la pereza de los que no quieren ir al trabajo.
El ruido del camión de los basureros rompe el silencio junto con la gurisada que divertida cuadras mas abajo rumbea para la escuela.
Las persianas de los talleres rechinan con la insoportable molestia que le provoca a mis pocos dientes, entonces mi calvicie se comienza a calentar justo cuando el sol irrespetuoso de mis años no deja de crecer en el horizonte.
Camino lento, no tengo prisa pues ya le robe al tiempo su tiempo y el a mi, mi sonrisa.
Conservo los sueños de juventud,y la maldita y traicionera memoria, revive mi vida, junto a la pesadez y lentitud de mis pasos.
Perdida esta ya la tersura de mi piel, mis manos temblorosa y manchadas intentan verter el agua caliente en un mate que se ha puesto tan viejo como yo.
Mientras tanto mi humanidad se planta frente a un kiosco de diarios y un joven con la insolencia de sus jóvenes años me pregunta ¿Que va a llevar DON?
No le respondo, con mi mano izquierda temblorosa señalo un diario casi que al hazar,busco entre mis bolsillos unas monedas, pago y me retiro lentamente hacia un banco frente al mar.
Aquí el mundo vuelve a detenerse, son ese olor a mar, las olas rompiendo blancas y saladas en la playa y el griterío incesante las gaviotas que revolotean muy cerca de los barcos de los pescadores.
Mis anteojos redondos y cargados de aumento me permiten leer el diario,ya me aburren las noticias policiales, las políticas, y las deportivas, entonces busco las necrologicas y descubro que la han matado.
Era mujer joven y fresca por donde pasaba dejaba su perfume y rebeldía era orgullosa y amada por innumerable cantidad de hombres.
Pero hoy me entere que la habían matado otros... hombres.
Disfrazados de modernidad y tecnología, gritando a todos que ellos eran el futuro, y con su futuro violento y egoísta la mataron, hablo de mi Libertad.