miércoles, 29 de diciembre de 2010

Una zamba con un fuerte aire de nostalgia, un adios que pide ,que no te hagas olvido.
Te despide ,pero que acepta de buena gana si te que quedas.
Un libro que sangra poesia, un silencio que rompe cristales
Codigos inventados,y una hoja en blanco,que dice,volveras a escribir, y tu escritura sera el cuento donde los sueños encuentran el sentido de locas realidades.
Dime,¿Que hago con mi amiga?, dime ¿Que hago con el tiempo, que me arrastra y me empuja?¿Que hago? con ese tiempo que busca ver soles distintos, madrugadas en una playa.
Y por fin, ¿en que ojos, posare mi mirada?...

viernes, 17 de diciembre de 2010

Cuando todos mis sentidos,
Se hayan ido.
Cuando mi voluntad
Sea tan solo energía etérea
Seré luz en tus ojos
Como un candil en las tinieblas

Cuando me busques, y no me encuentres
Cuando quieras sentir mis caricias
Cuando extrañes mi piel en la tuya
Seré una brisa desde el mar
Que te abraza desnuda

Cuando mi voz no sea sonido,
Ni mis pasos escuches
Cuando mis movimientos sean
Soledad en tus oscuras noches
Seré música de violines
Llamándote a escondidas

Cuando los lobos hambrientos
Te acechen en las esquinas
Seré la fuerza del amor
Que no se olvida

Cuando te digan que no estoy
Que estoy muerto, que no estoy vivo
Tú les dirás que no es verdad
Que en tu pasión yo vivo
Que no soy memoria ni olvido
Por que yo vivo en tus sentidos

Walter Omar Pereira

jueves, 16 de diciembre de 2010

Te conozco
De ti se por tu voz
Se cuando estas alegre,
se cuando sufres,
y se cuando quieres estar con el.

Te conozco,se de ti por tus pasos,
Se cuando caminas y te muestras,
se cuando te escondes de mi.

Te conozco,se cuando quieres hablar conmigo,
son tus ojos los que hablan por ti.

Porque conozco tus enojos,tus silencios,
Porque reconozco en tu sonrisa,
los pensamientos que llevas por mi

Conozco tus temores,
Conozco tus amores,
Conozco tus dolores,
Y muchas veces creo que son por mi

Y aunque tanto te conozco,
detalles de ti no conozco,
Por que entregas tu alma y tu vida,
a quien te separo de mi

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Colores de Esperanza

El humo del cigarrillo se pierde en el contraluz del sol, y este, descubre delante de mis ojos sus rayos que comienzan a dibujarse en el gris azulado que desprenden mis pulmones.
El viento se encarga de disipar mi pensamiento, pero el ignora que mi cabeza permanece en blanco.
Aletargado permanezco inmóvil, es que disfruto de mi ignorancia y no me propongo saber quien soy.
Solo se que estoy y que cada golpe me estremece a tal punto, que casi me derriba por completo.
Y por aquí mi fuerte corazón me sostiene, yo le ruego que deje de latir, por que esa muralla se parece a un gigante empeñado en negarme el paso.
Volver es lo que siempre he anhelado, pero ya no se para que.
Entonces dejo que el horizonte me regale un cielo de estrellas, y que su fulgor ilumine mi conciencia.
Busco en el camino las palabras, esas que me hagan sentir mejor, esas que alejan el dolor y la mentira
Y de no encontrarlas las inventare entonces podré llamar a la felicidad y al amor con nombres diferentes, ambas tendrán nombre de mujer, ambas llevaran el nombre de un niño.
Cuando los nuevos albores den colores de esperanza, y la vida me susurre al oído, vuelve compañero, nunca es tarde para empezar de nuevo.

martes, 14 de diciembre de 2010

Estaré vivo mientras escriba y cante.
Estaré vivo en un abrazo compañero, en el vino y en sus risas, soy solo vida en los acordes de una guitarra, en una polca y su acordeón.
Estaré vivo si me duelen las dictaduras, si llevo conmigo el llanto de un niño, y el corazón de mi madre.
Si me acompaña la voz profunda de mi padre, y una bandera que pinte el cielo he ilumine mis sueños con su sol.
Estaré vivo en una esquina, bajo cualquier farol, en esta ciudad o en aquella en una luna de verano o en la brisa de una playa bajo otro sol.
Seré vida en su calle adoquinada, en los charquitos que llevan barcos de papel, con mensajes de esperanza.
Seré la vida misma en el amor adolescente, en una letra olvidada de un rockanrol, en su rebeldía que no es mas que pura poesía.
Y por fin se que estoy vivo si una mujer me quita el sueño.
Si se que sueña conmigo, cuando bajo un cielo estrellado, aprieta con fuerza un pañuelo, me maldice y me ama.
Por eso se que estoy vivo, derramando alegrías, ofreciendo mi mano para caminar junto a vos.
Por que estoy vivo en la mística esperanza de los dioses, que me pusieron en los caminos, tan solo para hablar de libertad y de amor.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Caprichosa

La vida, es bellamente contradictoria, seductora y caprichosa. Si te ocupas de ella y de su salud te ignora, si le das la espalda se ofende y te lo hace saber.
Un tren va a salir de Retiro y en esta oportunidad no viajare con el, tal vez en el próximo logre subirme, mientras tanto, el sol anuncia un nuevo amanecer.
Halla el hambre mata un niño por día, y un gobernador frente a una cámara de televisión lo anuncia casi sin pudor
Pero aquí necesitamos una firma y un permiso para reír.
Se de montañas pintadas de blanco que nunca visitare, por que el asfalto gris me ahoga, se subleva bajo mis pies y la sangre de un anarquista tiñe las calles de una Buenos Aires que incomprensiblemente se empeña en hablarme de libertad.
El miedo al desalojo se mezcla con el llanto del desocupado, mientras un aprendiz de Gurú intenta tener sexo con una desprevenida señorita.
Un perro flaco merodea mi basura, busca entre mis mentiras, desgarra la bolsa donde escondo mis vergüenzas y caen hechos pedazos aquellos sueños que me mantienen en pie.
El sol busca calentar mi piel, lame mis heridas y tiñe los campos del amarillo trigal, pero la harina de donde saldrá ese pan tiene sabor a pobreza. Niños del fin del mundo, viejos campesinos que no logran ver el sol.
Con una sonrisa inventada un pintor le da gracia a una Mona, y un poeta le escribe versos a la luna.
La Biblia y el calefón van de la mano, y ese poema no lo escribí yo, por que cuando digo la verdad soy un traidor, pero cuando la callo soy un hipócrita.
Y los Ángeles buscan otros horizontes donde poder volar.
Por que la denuncia es la punta del ovillo, y la justicia un pulóver sin terminar.
El horóscopo dice que ha de cambiar mi suerte, y en los murallones de una fábrica tomada, una pintada anuncia la llegada del Mesías.
Una prodigiosa mano le arranca acordes a una guitarra rodeada por una multitud, y un fuelle herido bajo un farol llora nostalgioso un tiempo que ya se fue.
Ya no hay códigos, los canas venden falopa, y entre mis manos un rosa negra, despliega sus alas, es que quisiera volar.
Cae y se deshoja, y el viento se lleva sus pétalos hacia ningún lugar, y me repito en mi memoria y me repito en mi canción.
Solo la dejo escapar por que es bellamente, contradictoria, seductora y caprichosa .Y nunca hará nido en mi cama, y nunca sabrá quien soy.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Una corte en madrugada

Las luces del tablado se van perdiendo y a lo lejos la batería no deja de sonar. Mientras el coro repite una y otra vez la retirada, sin cansancio alguno, la emoción en los rostros de los jóvenes murguistas ilumina la noche.
Pocos entienden el valor de sus voces, muchos se preguntan ¿Por qué estos jóvenes adictos a la música y al teatro dejan su alma en cada tablado?
Desconozco la respuesta, me basta con ver sus rostros pintados, me bastan sus trajes coloridos, sus locos peinados, sus bromas y sus risas.
Me basta con compartir ese viaje tan puro y transparente hacia el otro gobierno,
Ese, que no deja entrar a la tristeza, que se esmera, que pelea por darle vida a la esperanza, a la alegría y el amor.
Ese, que no le teme a las dictaduras, ese que se quiere volverse voz popular en las voces de los de más abajo.
El gobierno de los poetas sin facultad, de los artistas sin escenario, de los bailarines sin marquesina que tamizan las madrugadas de las ciudades al sur. Por que en cada febrero que el dios Momo los convoca, llenan de energía las esquinas, parques y plazas, arrancan aplausos hasta a los que no quieren ver.
Y allí en esa vorágine de luz y color, ella no esconde su alegría.
Bajo el maquillaje, la chispa de sus ojos ve con inusitada curiosidad todo lo que pasa a su alrededor.
Ríe y canta, inventa rimas y acordes, se desdobla en su esfuerzo, brinda con cada compañero, merodea con la mirada, para luego dejar que las luces de la ciudad le recuerden que no esta sola.
Quisiera eternizar estos momentos, mientras su mano de princesa de carnaval va desdibujando el maquillaje, entonces la lozanía de su rostro acompaña sin pudores la chispa de aquellos ojos que redescubren el carnaval.
Y la ciudad se pregunta si es merecedora de su encanto.
Y el dios momo la protege y la cobija, la hace suya en una comunión murguera Vertiendo su sangre, respirando su aliento, dejando que sean vendavales esas voces de libertad que crecen en los arrabales.
Y ella orgullosa le dice soy joven, soy artista, soy argentina, soy la vida misma. Seré por siempre tu princesa, por que nunca acallaran ni mi voz y ni mi murga.
Y así la bañadera se lleva los sueños de la princesa y su corte de veintitrés murguistas, que acortando los caminos, llena de voces otra madrugada. En tanto las ciudades del gran río le dan los buenos días y el bullicio se pierde en la voz de los canillitas.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El viejo anarco

Siempre hay una escusa para todo, aunque confieso que muchas veces me sorprende tu transparencia y uno por ende sigue creciendo y aprendiendo, aun de los más jóvenes se puede aprender. Fue tal vez por ello; que también supe respetar a mis mayores y a escucharlos y tras largas charlas fui aprendiendo muchas cosas de la vida. Y hoy me toca a mí escuchar a los más jóvenes; el viejo anarquista me enseño a vivir en libertad, pero con compromisos sociales. Y entre otras cosas que me enseño, fue a no dejar deudas. Pero seguramente cuando me vaya alguien se quedara esperando que cumpla con una promesa que no pude cumplir Este preámbulo es para contarte que no me olvide de ti en mi viaje, y que si te traje algo. Y por si acaso no te conté aquí va algo del anarquista.

El Viejo Anarco

Ya no era el joven anarquista, ya lo llamaban el viejo anarco, era de esos tipos que el tiempo no le habían hecho cambiar sus ideas.
Sumado a los nuevos tiempos, trabajaba y aceptaba los nuevos términos, casi sin protestar, pero en su interior aun guardaba el fuego sagrado de la juventud.
Mantenía la mirada altiva y sin armas, su voz era como el filo de las espadas, frente a la agresión contestaba con la altura de los que son libres de alma y corazón, la verdad y la justicia eran su bandera, esto le había hecho ganar pocos amigos y si muchos enemigos.
Pero por esa cosa incomprensible que tiene la vida, aun seguía despertando suspiros entre las damas y mucha burla, con bromas punzantes, que olían a envidia entre los caballeros.
El parecía no inmutarse ni frente a los halagos ni frente a los agravios.
No pocas veces pensó, que lo mejor era ser igual a los demás, es que comenzaba a sentir el verdadero cansancio, de haber caminado toda aquella vida, en contra del viento helado de la incomprensión.
Desterrado, arrancado de sus raíces, viviendo en ese país vecino que le cobijo y que ciertamente ya lo había adoptado como uno más entre sus amigos y vecinos.
Y así un frágil pensamiento cada tanto lo obligaba a pensar en vivir como el común de los hombres, tratando de ser simplemente feliz, olvidando sus principios y sumándose a la vida común.
Pero la rebeldía, aun le hervía en la sangre, aun golpeaba su pensamiento, audaz y profundo, desafiante a las normas, reglas y leyes; por lo que era incapaz de detenerse creyendo que los sueños no son solo sueños, si se busca la forma de concretarlos, pues ese pensamiento tantas veces lo había dejado en la posición del irresponsable, que en algunos, causaba admiración y en otros carcajadas nerviosas por que veían peligrar su mundo perfecto y burgués.
Tantas veces se sintió solo, que tal vez, por única vez, allí, si se había equivocado.
Pues siempre había estado rodeado de amor. Mas su convicción y pensamiento solo le habían dado lugar para volcar su amor en las luchas obreras, o junto con los estudiantes o los pobres marginales.
Tan ciego había estado, que jamás pudo conocer el verdadero amor por una mujer, ese era su peor pecado, no haber sabido amar, ni dejarse amar por ninguna mujer.
Algunas veces pensó en cambiar, pensó que era lo mejor. Fue así que me contó su pensamiento y entonces me lo planteo, y se lo planteo así mismo con el siguiente cuadro.
Se vio solo en un desierto, rodeado por monstruos que pretendían devorarlo. Así imagino en uno de los lados, una gran empresa que lo explotaba a diario, en otro ángulo veía un estado dispuesto a quitarle los frutos de su trabajo con impuestos exagerados y con la promesa de que estos volverían al pueblo, cosa que sabia nunca sucedía.
Por allí estaban los dedos apoyados en los gatillos dispuestos a hacer callar a los que se atrevían a levantar sus voces de protesta.
Y allí se detuvo, guardo silencio, y no quiso seguir con su pensamiento. Entendió que no podía detener el tiempo, que aunque arrojase lejos, todos los relojes del mundo, ya era hora de partir.
Entonces se levanto y dejo su espacio perdiéndose en el polvo de los caminos, con su cabello largo, su abundante barba gris y su viejo saco a cuadros tan desgastado como él, por que aquel tiempo que le fue ajeno y despiadado lo llevaba devuelta a los caminos de la soledad.
Algunos dicen que solo eludió sus responsabilidades, para otros pronto se hizo olvido, y solo alguno lloro su partida.
Las razones que me asisten para afirmar tal realidad, me son ajenas, como el paso del tiempo.
Pero puedo afirmar que lo he visto caminar rumbo al horizonte, no me hablo, pero me sonrío y con picardía me guiño un ojo.
Pues entendí que aun llevaba intacta su esperanza, entendí que todavía se puede, que llevaba intacto su valor, para enfrentar los nuevos caminos que le presentara la vida.
Viejo Anarco, en tu partida puedo escribir alguna de tus enseñanzas.
Para algunos, su ignorancia fue la madre de la admiración a tu persona, pero para otros fue la razón de su temor, su incomprensión y su odio.
Y para mi bastaron tus palabras, tus gestos de vida o esos silencios que tantas veces fueron la voz de la verdad.
Por eso ahora se, que la vida es un sueño posible de andar en libertad.



WALTER
(facundotabare)

martes, 26 de octubre de 2010

cayendo al vacio


Una bala de acero fría cruza el aire, la mano que la sostiene no duda. No tira al montón, su objetivo es mi pecho desnudo, acallar mi vos anarquista, esa voz popular que siempre enfrento las balas con gritos de liberación.
Mi cuerpo se sacude mis brazos van hacia a delante junto con mi cabeza, mientras tanto mi pecho se encorva al sentir el acero que quema mi piel y rompe huesos buscando mis entrañas.
La vista se me nubla por un instante, cuando mis rodillas sienten el segundo impacto y comienzan a ceder, se aflojan con la fragilidad de una vara al viento.
El cemento frío golpea mi rostro, mí pecho suelta su tinta roja, caliente sangre que mancha mi camisa mientras mi mano busca el lugar de la herida.
Mis ojos solo ven corridas y el humo de los gases lacrimógenos se esparce entre la multitud, algunos compañeros se acercan, levantan mi cabeza que ya no responde, entre tantos gritos de desesperación veo una compañera caída a mi lado, sangra su cuello, los disparos fueron no menos de cinco.
Y comienzo a sentir el vacío mientras las botas de la fuerza de choque de la policía rodean mi cuerpo.
No me socorren, solo intentan separar a mis compañeros, atraparlos para encarcelarlos, pues no buscan al autor de los disparos solo vuelven a cargar contra los anarquistas.
Mis ojos se llenan de lágrimas y allí están mis viejos, mis hermanos, mis amigos y mi novia, estiran sus brazos pidiéndome que no los abandone.
Y la fuerza de mi sangre joven lucha por permanecer aquí, pero las heridas son mortales.
Comienzo a perderme en un vacío sin fin, junto a mi última bocanada de aire el silencio y la oscuridad me atrapan.
Mi nombre hoy importa, yo soy Mariano Ferreyra, una página negra más en la historia de un país que se desangra entre la opulencia de unos pocos y la pobreza y el hambre de la mayoría.

Los hechos dejan un cadáver en las calles de Buenos Aires, las consecuencias no importan cundo los ángeles lloran una vida joven perdida bajo la prepotencia y la irracionalidad.

lunes, 28 de junio de 2010

El trompo



" Bajaba la calle con decisión, con sus nueve años faltandole un par de dientes caminaba segura con su raya al medio y sus dos coletas que saltaban graciosamente como su soga.
Esa cara llena de pecas ,le daban ese aire de picardía e inocencia al mismo tiempo.
Cantaba y saltaba, sin importarle que su falda se levantara y las medias se le fueran callendo hasta bajarse por completo.
Cruzo la calle sin mirar, del otro lado en el medio de la calle de tierra, Marito jugaba con sus bolitas, su piel morena contrastaba con la camisa blanca que doña Rosa se empeñaba en dejar secar al sol para que llegara al blanco perfecto.
Su cabello rubio, era herencia de su padre, Juan, el albañil del barrio,
Marito haciéndose el distraído ya veía llegar a Roció, su fiel amiga, pero no era cosa de hombres dejar de hacer la importante tarea que estaba realizando por la presencia de una niña, pues ese era el consejo que le habían dado sus hermanos mayores y sus amigos del barrio.
Pronto Roció, estaba de pie junto a el, sin decir palabras, soltó la soga y enrollo el trompo que traía entre sus manos, apunto con precisión y con un gesto rápido lo lanzo hacia el hoyo donde Marrito jugaba con sus bolitas.
Este dio en el blanco, hizo saltar cuatro bolitas partiendo una de ellas y comenzó a bailar destellando colores fulgurantes como los de una estrella al bajar.
Marrito se puso de pie casi furioso, y miro con bronca a Roció, pero la sonrisa sin dientes de esta lo calmo.
Ambos seguían sin hablar, parados miraban con extrañeza los locos saltos del trompo en la tierra despareja.
Finalmente este se detuvo, y fue Marito quien primero lo tomo, pidiendo que le dejara lanzarlo a el, a la vez que ya le quitaba el hilo de sus manos a Rocío.
Lo tenso con fuerza y lo lanzo con orgullo, pero este se dio vuelta en el aire y cayo de cabeza, dando tumbos sin bailar.
Martín, ya estaba junto a ellos, prolijo como siempre con su camisa blanca, pantalones cortos azules y un cinturón haciendo juego con sus zapatos bien lustrados y su peinado a la gomina.
Era domingo y los domingos por la tarde los niños están listos a la espera de que se haga la hora cundo sus mamas los llaman y les advierten que no se ensucien, pues ya están bañados y listos para dormir, al dìa siguiente hay que ir a la escuela.
Martín con osadía tomo de la mano a Rocío, le invito un chocolate mientras con disimulo pateaba el trompo, se la llevaba hablándole de que esa tarde había preparado la lección de historia, que tanto le preocupaba a Rocío, y le prometía que la iba a ayudar.
Rocío se dejaba llevar, la osadía de Martín diferenciaba en gran medida a la torpe distracción de Marito,
Por un instante a este se le llenaron los ojos de furia, pero mi presencia lo detuvo, me miro y se encogió de hombros, me pregunto en silencio que era lo que le pasaba a las niñas y mi respuesta fue igual que su pregunta me encogí de hombros saque un cigarrillo del bolsillo, y camine bajo el sol de la tarde sin rumbo".

domingo, 20 de junio de 2010

El Reloj


Con precisión japonesa el reloj marca las horas, el tiempo corre, el tiempo vuela, y los hombres son historias, cuentos o leyendas.

Y pocos son los que perduran en la memoria, por que implacable y tirano, el tiempo pasa matando sus propias horas.

Y ahora que eres legal, y yo, vuelvo a ser clandestino .Ahora que veo escrito otra vez en las paredes de cualquier ciudad de América, "La miseria es ilegal", ahora veo que como dice Galeano," las utopías se encuentran más halla del horizonte y cada paso que damos en su búsqueda nos sirve para caminar hacia el futuro".

El sol abraza sin pudor el cadáver de aquel niño y los pájaros carroñeros de la montaña se preparan para comer. Son las tres de la tarde en el desierto de Sudan, en Paris se prenden las luces de la Torre Eiffel que llenándose de glamour espera otro desfile de Cristian Dìor .En la cuidad luz son las veintidós.

Un tanque israelí, avanza sobre un campo de refugiados palestinos en la franja de Gaza, una niña de apenas cuatro años cae delante de los blindados. Las orugas de la bestia solo muestran una mano que con horror aprieta, una muñeca de trapo.

En la franja son las seis

En Tailandia varios hombres abuzan de una niña, esta llora y suplica, pero no habla ingles, son hombres de negocios en un viaje de placer.

En Roma el Papa bendice a sus fieles en la Plaza San Marcos.

Es la hora veintidós en la pomposa Italia

En la favela contra una pared del cerro un niño es fusilado, por un escuadrón de la muerte, su delito es estar drogado, por los vapores del tolueno de un pegamento barato, y son los mismos mercaderes de la muerte, que ven al viejo reloj de la plaza de Río marcar las siete de la tarde.

Las bombas caen sobre Kabul y la milenaria Bagdad, nadie lo ve, pero debajo de los escombros yacen abrazados los hermanitos Mohamed.

En Londres es la hora del té.

En Kosovo una madre huye de un tiroteo, en sus brazos lleva a la pequeña Beatriz, pisa una mina antipersonal, y desaparecen en el aire frió de la vieja ciudad.

En Berlín otro tren llega a horario.

En Canelones la policía uruguaya mata por la espalda a dos menores, huían con su botín; una gallina.

En Moscu, el Bolshoi vuelve a bailar “La muerte del cisne” la noche cubre la ciudad.

Y en el televisor, la CNN dice que son las veinte horas en la ciudad de Nueva York.

Mientras tanto yo miro mi reloj, se detuvo justo a las tres, bajo corriendo del auto para poder pagar, en el banco la televisión por cable.

Porque el domingo juega la selección y todos sabemos que, dios es argentino.

Ahora, te recuerdo Lucia, por que este domingo, será él, el que te lleve de la mano, mientras yo acomodo tus cuadros.

Y en Retiro, el reloj de los ingleses dirá que son las cuatro, y veinte, día sin sol, y sin ti.