miércoles, 6 de abril de 2011
Desden
Se obstinan en mírame a los ojos, y aunque intento desviar mi mirada siempre están allí. Me molestan por que no entiendo que quieren decirme, cierro los ojos con fuerza y esos otros ojos parecen traspasar mis parpados. Siguen allí, ya no se que hacer, pues esos ojos y ese rostro me son conocidos. Me turba esa expresión y quiero leer en ellos un mensaje que aclare mi pensamiento, y me temo que no han de darme respuesta si de mis labios las preguntas no se dejan oír. Quiero entender y busco en esa mirada una sombra de odio, pero no la hay, quiero encontrar en ellos el rencor, pero tampoco logro verlo. Tal vez sea esa indiferencia la que me castigue, pero entonces ¿por que mírame? Ya no puedo mirar de frente, comienzo a temerle al camino si esa mirada me sigue, si esos profundos ojos negros quieren caminar mi propio sendero, perseguirme hasta lo desconocido del universo, hundirse en las profundidades de un mar tormentoso como la propia vida. Como hacer para evitar una presencia que me lastima y sin embargo quiero volver a ver. Por que se, que existe la magia y esta en el brillo de esos ojos que si se humedecen por el llanto me duelen sin pudor, si brillan acompañando una sonrisa limpia y franca hace brincar mi corazón. Se que son la luz de un alma en pena, y sin darme cuenta veo en sus ojos los míos y entonces percibo su dolor.Actúan como si me conocieran, saben más de mí que yo. Son como un reflejo de un espejo que el tiempo y el hastío en mil pedazos destrozan y con su filo ingenuo y filoso me hiere el alma hasta sangrar las palabras que no se atreven a pedir perdón
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Profunda.
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