jueves, 21 de julio de 2011

DOCE HORAS

Doce horas que tiene la vida, naciendo en el silencio de la noche, tan solo con esa voz que me llama sin reproches.
Doce horas en una trinchera y no son luces de neón las que me rodean.
Doce horas sin sentir, sin padecer tu ausencia.
Doce horas en el infierno de la guerra.
Viendo morir la vida, dando muerte a la muerte, desafiando el dolor de la mentira.
Dando olvido indecoroso, a los hombres sin destino.
Doce horas y un nacimiento, envuelto en una bandera, manchada de sangre de mis lágrimas y de esta tierra.
Doce horas en el horror de todos los infiernos.
Doce horas para conocer tu primer llanto, y tus ojos llenos de vida.
Doce horas para ponerte un nombre, Libertad, nacida en primavera.

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