_No Abu, quiero saber de ese hombre que vivió en un país que
ya no existe
_Bueno, está bien.
_Tiempo después en su país hubo una guerra fratricida, la
guerra civil separo a los socialistas de los nacionalistas .Montevideo, Paysandú,
Canelones, y Florida fueron los bastiones más importantes de los socialistas,
el resto del territorio, estaba ocupado por los nacionalistas.
La guerra fue cruel, los campos uruguayos estaban minados de
cadáveres por todos lados, la luz del sol había sido tapada por el humo de los
incendio que se repetían en todos los rincones del paisito. El canto de los
pájaros fue tapado por el ruido de la metralla y el silbido de los obuses
tapaba las voces de un pueblo que había sabido ser músico y cantor.
Este hombre, un día dejo el trabajo y se sumo a la fila de
los socialistas, solo se hasta allí.
Tiempo después Brasil
tomo partido por los nacionalistas, Argentina no podía quedarse al margen y aun
sin convicción de su gobierno, prestó ayuda a los socialistas.
La guerra duro algunos años, muchos murieron, hasta que al
fin llego la paz, esta se logro dividiendo al país, al norte del Río Negro lo
anexaba Brasil, el sur quedaba en manos argentinas con el nombre de Provincia
del Este.
_Abu, esa es historia reciente, todos la conocemos.
_ ¿Bien, pero por qué no me cuentas tu?, ¿Por qué tanto
interés en saber de aquel hombre y de esa historia tan vieja y tan lejana?
_Te cuento, si tú me cuentas, ¿que paso con él?
_A decir verdad nunca me preocupe por el…aunque…
_ ¿Aunque que Abuela?
_Bueno no se hijita, no sé, si es que lo soñé o esto ocurrió
realmente.
_ Una noche después de un sábado de baile, llegue por la
madrugada a casa.
Me acosté sin desvestirme y pronto el sueño y el cansancio
me vencieron, al menos eso creí. Con los ojos cerrados mi nariz empezó a olfatear
un fresco perfume a chocolate, ese, el típico del tabaco en pipa, esto me
sorprendió y al abrir los ojos un hombre estaba sentado a los pies de mi cama
en silencio. Una capa holgada con una capucha le cubría su cuerpo, con cada
pitada que daba a esa pipa la luz del tabaco encendida me permitía vislumbrar
su cara sin darme detalles de aquel rostro.
Quise encender la luz pero estaba realmente asustada, con
todos los músculos paralizados por el miedo, solo podía observarlo sin hablar.
_No te asustes, Rocío, _me dijo y continuo hablando_, Estoy aquí
para anunciarte la muerte de Raúl, el no me lo pidió, pero yo sé del gran amor
que sentía por ti.
_Hija esa voz parecía la de un ángel, grave, pero tierna, de
a poco iba pasando mi miedo.
Entonces pregunte_ ¿quién eres?
No contesto a mi pregunta y siguió hablando.
_Murió en una misión de guerra, debía volar un puente que
utilizaban los nacionalistas para enviar suministros a sus tropas, del lado
sur.
Se había ganado el respeto del pequeño grupo de combatientes
que le acompañaba desde el inicio de la guerra, para ellos era simplemente su
Capitán.
Tenia que llevar en su misión a un ingeniero en explosivos cuyo origen era argentino.
Llegaron a un puente en Soriano, este continua en una
carretera que lo lleva a Colonia y de allí a Montevideo, por aquí intentaban
ingresar los nacionalistas y derrotar a los socialistas en su pensada ultima
batalla.
Al colocar los explosivos vieron con sorpresa que un grupo
de civiles intentaban cruzar el puente, perseguidos de cerca por los nacionalistas.
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