jueves, 25 de agosto de 2011

El encierro

Dicen que perdí la cordura, aunque en realidad desconozco el término, hablan de esquizofrenia, de múltiple personalidad, pero por todos los dioses que me asisten, sigo sin comprender.
Tan solo se que es el final, y lo sabia.
Ahora con las manos vacías, desnudo y mojado en un rincón, me asusto con la potente luz de los relámpagos, y aun cerrando los ojos con fuerza puedo ver las sombras en la pared de los demonios que me persiguen.
No lloro, pues desde niño mi padre me enseño que los hombres no lloran, aunque mis ojos se humedecen y cristales de dolor caen por mis mejillas.
No grito aunque lo intento, solo emito gemidos con los que mi alma se queja de mi desgracia, el suelo del rincón esta mojado y el frío que sube por mis pies y mi cola va calando mis huesos, tirito como un perro en la noche sin refugio, es que tan solo estoy…
He perdido el audio, solo escucho el cansado golpeteo de mi corazón, hasta puedo escuchar con la fuerza que recorre mis venas la sangre que me da la vida, corriendo in tempestuosa por las venas y arterias yendo a llenar huecos que han quedado vacíos desde que estoy aquí.
Estoy solo por que yo elegí el rumbo de mi destino, prisionero de mi pensamiento, encadenado a mis palabras, tan lejos de mis sueños, convertido en la sombra que detesta esta soledad.
Solo esa lamparilla que en el centro de la habitación intenta darme luz es la única testigo de las cosas que suceden aquí adentro.
Cuando encuentro la calma me quedo horas mirándola, ese filamento que arde incandescente me atrapa por horas, o al menos eso creo yo, es que aquí soy dueño del tiempo, es que todo el tiempo es mío desde los inicios y hacia el futuro.
Antes me reía de lo que los hombres llaman chaleco de fuerza, con los brazos cruzados por delante y hacia atrás intentan protegerme de lo imposible, pues en cada noche que paso aquí, escapo hacia el universo para encontrarme con los dioses.
Sin embargo les doy el gusto y cada tanto golpeo con furia mi cabeza contra los muros, hasta sangrar mi frente y caer desmayado en un pozo que no tiene fin.
Ellos no lo saben pero un taladro en mi interior va haciendo un agujero en esa pared que me llevara nuevamente a la libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario