Claribel, no paso por la habitación de la Abuela por unos
días, solo preguntaba cómo estaba ella y luego continuaba con su rutina.
Entre la facultad, el trabajo y algunas salidas, vivía su
tiempo a las corridas.
Sin embargo una noche, intrigada por lo que le había contado
la Abuela, regreso a aquella habitación.
A pesar de los achaques la Abuela no era de las que se
quedaba sentada en la cama o en la mecedora, cuando escucho los golpecito que
daba su nieta a su puerta, la invito a
entrar.
_ ¿Como has estado mi pequeña?
_Bien, ¿y tu Abu?, perdona por no haber pasado por aquí
antes, pero tú sabes
_Si, lo sé, los jóvenes no tienen tiempo para los viejos.
_! ! ! Hay ¡no seas así abuelita, ya ves estoy aquí y la
curiosidad me mata.
Quiero saber más de los mates, de los mails y de ese hombre.
_Hijita ya soy una vieja y no todos mis recuerdos son
exactos.
_No importa, puedes intentarlo,…si…por favor.
_Bien, bien ya recuerdo, lo último que me preguntaste, fue
como se llamaba, y a decir verdad no lo recuerdo.
_ ¿Abuela no lo recuerdas, o es que acaso no quieres
hacerlo?
_! ¡Hay nena!, no quieres que te hable de Sergio, ese hombre
sí que era un ganador, era sexy, inteligente y seguro de sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario