domingo, 9 de julio de 2017

No lo sé, no creo, me llamaba su musa inspiradora, y me escribía y escribía mail y más mails, casi es así que hasta me sentí arrepentida de haberle pasado mi correo electrónico.
 A decir verdad era un loco, un paranoico, un soñador, por lo pronto un fracasado.
Puedes entender que no me importaba un hombre viejo cuando yo estaba en plena juventud, acaso tendría veinte y tantos años.
 Solo hablaba y hablaba de la libertad, del horizonte, de nuevas primaveras, del hombre nuevo y que se yo cuantas tonteras mas.
Pero, nena , vos sabes que la abuela siempre fue una mujer divertida y practica así que habiendo tanta oferta de jóvenes como yo, y conociendo hombres seguros de sí mismos y con proyectos que no morían en castillos entre las nubes, lo escuchaba sin prestarle atención.
Recuerdo y ahora que lo traes a la memoria que fue antes de la guerra, que este hombre viajo a su país
Y al regresar traía consigo estos dos mates, bien sabes tú. Que uno tiene pintada la bandera de Uruguay y el otro es la cara del "Che".
 Yo no estaba para reflexiones, así que acepte el obsequio para no herir sus sentimientos.
La nieta interrumpe el relato porque nota que la pobre comienza a quedarse dormida
_Abu quieres seguir contándome mañana, pues ya es tarde tengo que cenar y ponerme a estudiar, si quieres te llevo a la cama.
Dicho esto acerco a la anciana hasta la cama y al darle un beso en la mejilla soltó una última pregunta antes de retirarse de la habitación.
_ ¿Abu, como se llamaba ese hombre?
_Me creerías, si te digo que lo he olvidado...


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